martes, 8 de diciembre de 2009

Por batirse a duelo?

Lic. Ricardo Romero
Grupo Pensar Socialista


Así como Alfredo Palacios fue expulsado con la excusa que se batía a duelo, cuando

en realidad un profundo debate con Juan B. Justo, sobre un socialismo de raigambre nacional frente a uno internacionalista, provocó la decisión; En el presente, son echados del Partido Socialista, los compañeros Oscar González y Ariel Basteiro por “incitar a la violencia” en un Congreso, que nada tenía de pacífico y por el contrario, pretendía silenciar a aquellos socialistas que entienden que el Partido debe acompañar cambios impulsados por el actual gobierno nacional y no estar aliado al poder concentrado del campo y el capital financiero.


Casi cien años después, el Partido Socialista no logra aún poder contener los debates internos, y hoy la conducción del PS se atribuye el registro oficial del “ser socialista”, para apoyar a Elisa Carrio y a los ruralistas, y sostener que hay “una” línea, ser opositor, y de no seguirla, se buscan triquiñuelas para dejar fuera del partido, y por ende, sacarle la condición de “ser socialista” a quienes piensan diferente. Aquí, me gustaría retomar el ejemplo de Alfredo Palacios, quien si bien no siguió la disciplina partidaria, quién se atrevería a decir que el mosquetero no era socialista?. Más aún, con su ejemplo, quién podría afirmar que el avance del socialismo se da sólo dentro del partido?.

Es importante comprender que la construcción política se desarrolla desde diferentes ámbitos sociales, culturales, políticos e institucionales, y especialmente, en una determinada estructura social y política. En tal sentido, cabe preguntarse, si la construcción del socialismo en Argentina debe seguir el canon del republicanismo socialdemócrata, que lleva al Partido a aliarse a liberales, o debe pensarse en la articulación, con movimientos sociales y populares, junta a la convergencia latinoamericanista, para llevar una coalición de gobierno que permita avanzar en derechos económicos y sociales.

El Partido Socialista necesita un debate profundo para poder ser una expresión política capaz de orientar hacia el socialismo a una Argentina sumida en la presión de los agronegocios y las finanzas; y no puede cerrarse o dirimirse bajo la decisión burocrática de bloques circunstanciales. Se intenta en estas líneas apelar al republicanismo para llamar a la reflexión a la conducción del partido, y que se busquen canales de discusión que permitan contener el debate y no recurrir a la expulsión con sinecuras administrativas. Así, el socialismo podrá crecer en argentina. Quizás la próxima Conferencia Nacional sea el ámbito adecuado.

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